Reformar una vivienda unifamiliar implica, desde nuestro punto de vista, trasformar los espacios existentes en un lugar más atractivo para los sentidos. En este caso, recoger la belleza del paisaje atlántico es una obligación que se refleja en el diseño de toda la casa, comenzado por una fachada coronada por una ventana como forma de ojo de buey. Una de las reminiscencias marítimas que dominan toda la casa.

Un ventanal en ángulo se abre sobre el oeste para traslucir al interior la calidez de las puestas de sol. El volumen principal incorpora, además, nuevos espacios destinados a habitaciones, cuya integración respeta los principios arquitectónicos que aconsejan diferenciar las zonas nuevas de las ya existentes.

La reestructuración de los espacios de esta vivienda unifamiliar contempla la ubicación de los espacios públicos orientados al mar para aprovechar la luminosidad que proyecta el océano. El acceso a la vivienda se realiza por el sur, adaptándose a las exigencias del terreno. Un amplio recibidor nos da ahora la bienvenida y nos permite acceder a los espacios interiores a través de una escalera.

En el interior, la transformación es, si cabe, todavía más espectacular. A partir de la escalera, que aglutina las medias alturas que componen la sección de la vivienda, ésta se propaga en busca de luminosidad. Los espacios se adaptan a estas necesidades, incorporando diferentes diseños en sus ventanales - ojo de buey, ángulos, formas ortogonales - con el objetivo de proyectar al interior la claridad natural de este entorno privilegiado.

Las espectaculares vistas de la vivienda tienen su contrapartida en el duro invierno, cuando los vientos húmedos de componente norte castigan la estructura. Por ello, es necesaria la utilización de materiales resistentes, como los cantos rodados, ya presentes en la vivienda en su construcción original, realizada por el abuelo del actual propietario. Nuestra intervención moldeó la presencia de este material, añadiendo en algunas zonas placas modulares de cemento y conglomerado.

La transformación volumétrica de la vivienda unifamiliar fue acompañada de la modificación de los acabados. La supresión de los aleros otorga a la vivienda una estética más vanguardista, sin perjuicio de la calidad de la arquitectura más tradicional.