El reto de realizar un portal de acceso a un edificio de viviendas a través de un espacio de algo más de un metro de ancho, y la posibilidad de utilizar los seis metros de altura posibles nos motivó a la hora de afrontar este proyecto.
Algunos de los requisitos establecidos por la propiedad eran utilizar materiales tradicionales y la búsqueda de una imagen tranquila, clásica en cuanto al planteamiento, pero con la posibilidad de sacarle partido al difícil espacio existente.
Se divide en dos zonas claramente diferenciadas: la de acceso, sumamente estrecha y con gran altura, y la de comunicación vertical, algo más ancha, mediante escaleras en la parte inicial y un ascensor al fondo.
Utilizamos un sistema de partición de revestimientos, una iluminación cálida, y algunos golpes de efecto mediante juegos de reflejos con espejos colocados de manera estratégica.
El resultado es singular, por su aspecto y dimensiones, y llamativo desde la calle a pesar de tener únicamente un metro y medio de fachada visible desde el exterior.
En cuanto a los tres pisos de las plantas superiores, enfocados para vivienda de alquiler, la condición de la parcela (alargada y con una de las medianeras en cuña) y la ubicación de las escaleras (en la fachada trasera a patio de manzana), no daba mucho margen a ofrecer distintas posibilidades de distribución de línea clásica.
Se orientaron las habitaciones hacia el patio interior, y los espacios comunes hacia la fachada principal.
La última planta cuenta con una distribución más abierta, con un único espacio de habitación interior, y un espacio de salón/cocina/comedor que da frente a la terraza que corona el edificio.
El pasillo de comunicación interior absorbe la falta de paralelismo de las medianeras. Genera espacios ortogonales gracias al trazado de un armario de profundidad variable. Este elemento absorbe la desviación de la medianera y genera varios retranqueos para aprovechar el espacio, optimizando la profundidad de las habitaciones que dan frente al patio interior a lo largo de todo su recorrido.
La aplicación de criterios funcionales y la creatividad han sido el motor fundamental que nos ha ayudado a resolver los diversos retos que presentaba este proyecto.
